Sombras de ojos, máscara de pestañas, delineador, pero también cremas y mascarillas: hay tantos productos que entran en contacto con nuestros ojos todos los días. La lista de materias primas con las que se fabrican todos estos cosméticos es larga, desde conservantes hasta antioxidantes, desde fragancias hasta colorantes. Sin embargo, algunos de estos ingredientes representan un riesgo para la salud de los consumidores y, entre los posibles sitios de reacción a estas sustancias, el ojo y la región periorbitaria se consideran particularmente sensibles debido a su ubicación y anatomía. De hecho, maquillarse los ojos puede provocar molestias, reacciones alérgicas e inflamación. Estos trastornos pueden ocurrir porque algunas sustancias afectan la calidad de la capa lipídica de la superficie ocular y pueden representar factores clave en la aparición o exacerbación del síndrome del ojo seco (DED).
El síndrome del ojo seco, caracterizado por síntomas de sequedad e irritación de la superficie ocular debido a alteraciones en la calidad o cantidad de la película lagrimal, es muy frecuente y puede afectar a cualquier edad, pero es especialmente frecuente en mujeres y ancianos. Mantener una película lagrimal normal es fundamental para la salud de la superficie ocular y una visión nítida, por lo que cualquier alteración en la cantidad de lágrimas producidas o en su composición puede provocar molestias y molestias. Además, los síntomas de la DED pueden variar de leves a intensos y, en este caso, pueden provocar un deterioro de la función visual.
Varios estudios han abordado el efecto de los componentes cosméticos en la superficie ocular; sin embargo, la naturaleza multifactorial de la DED dificulta la vinculación de ingredientes cosméticos particulares con esta afección.
Efectos adversos de los cosmeticos en la superficie ocular
Los cosméticos se han utilizado en muchas civilizaciones desde el principio de los tiempos, en rituales religiosos, para indicar clase social o simplemente con fines estéticos. Por lo tanto, ya en la antigüedad, se usaban varias sustancias para crear maquillaje colorido. Por ejemplo, el uso de pigmentos negros hechos de ceniza, hollín y antimonio en forma de kohl se documentó en la Edad del Bronce Antiguo (c. 4000-1500 a. C.), en el Antiguo Medio Oriente (antiguo Egipto y Mesopotamia), en Grecia. Roma clásica y antigua. En la actualidad, los productos cosméticos para los ojos se han multiplicado y han adoptado formulaciones tanto naturales como sintéticas, con una gama de artículos muy amplia.
Sin embargo, una serie de efectos adversos en la superficie ocular, la película lagrimal y los párpados están asociados con el uso de productos de maquillaje para ojos. Por ejemplo, los traumatismos mecánicos, la desestabilización de la película lagrimal, la toxicidad y las infecciones provocadas por los cosméticos oculares pueden provocar inflamación, un factor clave que contribuye a la aparición del síndrome del ojo seco. Este proceso es más común en la población femenina, ya que existe una mayor tendencia a desarrollar DED, además de que utilizan en mayor proporción productos de belleza. Incluso la población anciana está predispuesta al desarrollo de DED y, en los últimos años, también se han incrementado los productos destinados a la belleza del contorno de ojos en esta población, destinados a retrasar el envejecimiento.
Entre los tipos de daños que puede causar la aplicación de cosméticos oculares y que pueden favorecer la aparición de DED se encuentran:
- Daños físicos: Daño físico (o trauma mecánico) se refiere a cualquier lesión física causada por un golpe directo en el ojo, de leve a grave. Un trauma corneal típico relacionado con el uso de cosméticos consiste en golpear accidentalmente el ojo con una varilla para el aplicador de máscara.
- Infecciones: los ojos, especialmente los que padecen el síndrome del ojo seco, corren el riesgo de sufrir infecciones microbianas dañinas debido a los cosméticos. Estos productos, de hecho, proporcionan un buen medio para el crecimiento bacteriano y la contaminación se ve facilitada por el manejo inadecuado durante la producción, la presencia de conservantes inadecuados, la mala higiene personal, el uso compartido y las modificaciones del producto por parte de los usuarios, como agregar agua a la máscara de pestañas. Entre los patógenos, se prestó mucha atención a las bacterias y los científicos pudieron, por ejemplo, aislar diferentes tipos de bacilos, que son peligrosos para la salud humana.
- Agresiones químicas: entre los mecanismos subyacentes a las agresiones químicas, las respuestas inflamatorias juegan un papel central. De hecho, la DED podría desarrollarse como consecuencia de una respuesta inflamatoria. En particular, los párpados pueden desarrollar una alergia de contacto si se exponen a una concentración suficiente de un alérgeno, como algunos conservantes, fragancias, antioxidantes, emolientes, resinas, aditivos y pigmentos que contienen níquel. Después de la exposición repetida a estas sustancias, es posible desarrollar irritación, dermatitis, sarpullido, ampollas, ronchas, urticaria, picazón y ardor en la piel. Además, los productos de maquillaje para ojos aplicados externamente podrían migrar a la superficie ocular y causar o empeorar el síndrome del ojo seco.
En conclusión, una gran cantidad de efectos adversos en la superficie ocular, la película lagrimal y el párpado están asociados con el uso de productos de maquillaje para ojos. Aunque los ingredientes utilizados están permanentemente bajo el control de los organismos reguladores, también es responsabilidad de los fabricantes garantizar la seguridad clínica de los componentes de sus formulaciones. Por otro lado, los oftalmólogos deben estar actualizados sobre los productos recién lanzados y los consumidores deben aumentar su conciencia sobre el uso correcto de los cosméticos.
Dr. Carmelo Chines
Director responsable