Con la llegada del buen tiempo, el fin de las clases y las vacaciones, muchos son los niños que disfrutan de actividades al aire libre en esta época. Sin embargo, no existe tanta concienciación sobre la importancia de la fotoprotección ocular en niños como en los adultos.
Esto es importante, porque la radiación solar es causante de múltiples efectos dañinos en el niño, los cuales son acumulativos e irreversibles1, ya que los tejidos y la estructura ocular en estas edades no están completamente desarrollados.
Los niños son uno de los grupos de la población en los que debe extremarse la fotoprotección. Eduardo Eiroa, presidente del Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, explica que “El cristalino de un niño menor de 10 años deja pasar el 75% de rayos UV y el filtro del mismo no termina de formarse hasta los 12 años, por lo cual llega más radiación ultravioleta a su retina y esto puede producir daños oculares como fotoqueratitis, fotoconjuntivitis, así como dolor, fotofobia, jaquecas y enrojecimiento”.
También hay que tener en cuenta que la cantidad de radiación UV que llega a la superficie terrestre se modifica según diversos factores1:
- La hora del día: la mayor radiación llega entre las 11 h. y las 16 h.
- La estación del año: en verano llega con mayor intensidad.
- La latitud geográfica: hay una mayor radiación cuanto más cerca del ecuador.
- La altitud: hay mayor radiación a mayor altitud.
- Las nubes y la polución: estas disminuyen la cantidad de radiación.
- La capa de ozono: llega mayor radiación en aquellas zonas con una capa disminuida, como los polos en determinadas épocas.
El suelo terrestre refleja poco la radiación UV, pero la arena y la nieve reflejan un 25 y un 90% respectivamente de la radiación que reciben, así que se necesita poner especial atención a la protección en zonas de playa y nieve.
Existen diferentes tipos de filtros solares clasificados según la norma ISO 8980-3 en 5 categorías, yendo de menos a más protectora2:
- Categoría 0: En este grupo entran aquellas gafas con lentes muy claras, capaz de absorber de un 0% a un 19% de luz. Suelen ser utilizadas sobre todo interiores y son aptas para la conducción en cualquier circunstancia.
- Categoría 1: Este tipo de filtro es capaz de absorber entre un 20% y un 56% de luz gracias a sus lentes ligeramente coloreadas. Se utilizan sobre todo en condiciones de luminosidad leve como zonas urbanas. No son aptas para la conducción nocturna.
- Categoría 2: Las gafas correspondientes a este grupo se caracterizan por tener unas lentes medianamente coloreadas, capaces de absorber entre el 57% al 81% de luz. Suelen ser utilizadas en condiciones de luz solar media y no son aptas para la conducción nocturna.
- Categoría 3: Su uso es óptimo cuando existen condiciones de luminosidad bastante altas como en primavera, verano, playa, montaña y zonas al aire libre, ya que son capaces de bloquear entre un 82% y un 92% de luz. Tampoco son aptas para la conducción nocturna.
- Categoría 4: Este tipo de gafas están indicadas para ser utilizadas en zonas de alta montaña, esquí o actividades y deportes acuáticos, donde la incidencia del sol es extrema y en la que también entra en juego la reflexión lumínica sobre las superficies (nieve o agua). Debido a que son capaces de absorber hasta el 98% de la luz, no son válidas para ser utilizadas para la conducción, ni siquiera de día.
Por tanto, las gafas de sol ideales para los niños deberían estar entre las categorías 3 y 4, óptimas para zonas con luminosidad muy alta.
Además, no hay que dejarse engañar por el color de las lentes, ya que puede haber lentes blancas o muy claras que filtran el 100% de la radiación UV mientras que otras muy oscuras que son de baja calidad no filtran correctamente la luz UVA, pero si la visible, favoreciendo una mayor dilatación pupilar y, como consecuencia, un incremento de la radiación que reciben los ojos.
Por último, en aquellos casos en los que hayan sufrido una exposición solar muy alta sin protección y tengan síntomas de sequedad ocular y enrojecimiento, se debe consultar con el oftalmólogo para obtener un alivio de los signos mediante el uso lágrimas artificiales sin conservantes, que son la opción más segura para esta condición ocular.
BIBLIOGRAFÍA