EL PAPEL DE LA INFLAMACIÓN EN EL GLAUCOMA

La aparición del glaucoma está relacionada con varios factores de riesgo, como la edad avanzada, el aumento de la presión intraocular (PIO) y los antecedentes genéticos. El estrés oxidativo, la disfunción mitocondrial y la senescencia celular tienden a aumentar en la retina envejecida y se consideran uno de los principales factores que incrementan el riesgo de glaucoma. Cuando la retina envejece, el estrés oxidativo y la peroxidación lipídica se consideran las principales causas de estrés tisular, lo que conduce a la activación de la parainflamación local de diversos grados.

 

La parainflamación se define como una respuesta tisular adaptativa a estímulos nocivos, estrés o mal funcionamiento, y tiene características que se consideran intermedias entre el estado tisular basal normal y el estado inflamatorio. Un nivel fisiológico de parainflamación es necesario para mantener la homeostasis tisular y restaurar la función, pero cuando el tejido se expone a estrés y/o disfunción durante un periodo prolongado, la inflamación puede desempeñar un papel deletéreo y estar implicada tanto en la aparición del glaucoma como en su progresión. De hecho, una parainflamación excesiva puede producir respuestas inflamatorias con una marcada liberación de citoquinas y quimioquinas, que causan daños irreparables en la neurorretina.

 

La inflamación también puede tener un efecto perjudicial sobre las funciones de barrera conjuntival y corneal y provocar la activación del sistema inmunitario. En consecuencia, el glaucoma aparece como una enfermedad en la que los procesos inflamatorios pueden estar presentes en diversos grados en toda la estructura del ojo.

 

Inflamación en la degeneración de la retina y de la cabeza del nervio óptico

La enfermedad degenerativa glaucomatosa se caracteriza por la pérdida progresiva de las células ganglionares de la retina (CGR), el adelgazamiento de la capa de fibras nerviosas de la retina y el ahuecamiento de la cabeza del nervio óptico (ONH). Diversos estímulos, como el estrés mecánico crónico inducido por una PIO elevada, la hipoxia/isquemia y el estrés oxidativo, junto con la privación de factores neurotróficos, pueden provocar la disfunción y muerte de las CGR. Además, se ha sugerido que el aumento del estrés durante un periodo prolongado puede provocar un fallo en la regulación de la respuesta inmunitaria protectora local mediada por las células gliales y el sistema del complemento, lo que conduce a un proceso de degeneración neuroinflamatoria que contribuye a la progresión de la enfermedad.

 

Mecanismos neuroinflamatorios en el glaucoma

Los estudios han propuesto una serie de vías moleculares y de señalización que son reguladoras de la neuroinflamación en la etiología del glaucoma. Se trata de mecanismos complejos que implican una estrecha interacción entre células gliales, células inmunitarias, células endoteliales y CGR a través de vías autocrinas/paracrinas. Una hipótesis patogénica se basa en el estrés vascular a nivel del ONH y la retina, que conduce a un fenotipo inflamatorio persistente, con aumento del estrés oxidativo y envejecimiento/senescencia celular, asociado a una pérdida de neuroprotección y remodelación de las células gliales, liberación de señales apoptóticas, degeneración de las CGR, alteración de la barrera hematoretiniana y daño tisular en el ONH.

 

Inflamación y malla trabecular en el glaucoma

Antes de la degeneración del ONH y la pérdida de CGR característica de la neuropatía debida al glaucoma, como se ha visto, el aumento de la PIO desempeña un papel importante. Los estudios han demostrado que la parainflamación local puede desempeñar un papel regulador en la salida del humor acuoso de la malla trabecular. De hecho, varios estudios histológicos han demostrado una sobrerregulación de los genes asociados a la inflamación en la malla trabecular, que puede estar implicada en la aparición o progresión del glaucoma.

 

Inflamación de la superficie ocular en el glaucoma

Las manifestaciones más visibles de la inflamación en el glaucoma son las que se producen en la superficie ocular. Por ello, la enfermedad de la superficie ocular (OSD) es muy frecuente en estos pacientes, que a menudo se quejan de sensación de cuerpo extraño en el ojo, enrojecimiento, picor, dolor y fotosensibilidad. Los cambios superficiales también incluyen efectos que no son clínicamente visibles, como la infiltración de células inflamatorias, una disminución significativa del número y la densidad de las fibras nerviosas sub basales de la córnea central y una reducción de la sensibilidad corneal.

 

Modulación de la inflamación en el glaucoma: perspectivas y orientaciones futuras

Hemos examinado cómo el equilibrio de los mecanismos inflamatorios es necesario para mantener sanas las estructuras oculares. De hecho, la parainflamación puede pasar rápidamente de ser un proceso fisiológico a convertirse en un factor que contribuya a la degeneración del tejido ocular.

Existen pruebas de que los estímulos que provocan estrés celular, como el aumento de la presión intraocular o la disminución del flujo sanguíneo, asociados al estrés oxidativo crónico, pueden inclinar la balanza desde la parainflamación beneficiosa hacia niveles tóxicos, participando en la patogénesis y progresión del glaucoma. Hasta la fecha, se han propuesto diversos enfoques terapéuticos para prevenir o modular las reacciones inflamatorias excesivas en el glaucoma, pero serán necesarios amplios estudios clínicos para investigar su seguridad y eficacia.

 

Bibliografía

Baudouin C, Kolko M, Melik-Parsadaniantz S, Messmer EM. Inflammation in Glaucoma: From the back to the front of the eye, and beyond. Prog Retin Eye Res. 2021 Jul;83:100916.