El síndrome del ojo seco (DED) es una enfermedad inflamatoria de la superficie ocular, multifactorial, debida tanto a factores genéticos como ambientales y asociada a alteraciones en la película lagrimal. Los síntomas de DED incluyen ardor en los ojos, sensación de cuerpo extraño en el ojo, visión borrosa e hipersensibilidad a la luz (fotofobia). Es una condición extremadamente extendida, que afecta a millones de personas en todo el mundo, con una prevalencia que oscila entre el 5% y el 50% de la población.
El síndrome del ojo seco puede tener un gran impacto en la calidad de vida, reducir la concentración en el trabajo e interferir con las actividades diarias, como leer y conducir. También se ha demostrado que el DED puede repercutir en el descanso nocturno.
El síndrome del ojo seco y los trastornos del sueño parecen, de hecho, estar relacionados de manera bidireccional, influyéndose mutuamente. De hecho, varios estudios han informado que la mala calidad del sueño se asocia con el síndrome del ojo seco, en el que los trastornos del sueño parecen tener un gran impacto en los síntomas del ojo seco. Por otro lado, se ha destacado una mayor prevalencia de trastornos del sueño en pacientes con ojo seco, en comparación con pacientes con otras patologías oftálmicas.
Ojo seco y sueño, estudios
Varios estudios han demostrado que los pacientes con DED tienen un período de tiempo más corto para dormir que en las personas que no sufren de ojos secos. En particular, se ha reportado una prevalencia de trastornos del sueño que oscila entre el 15% y el 64% en pacientes con síndrome del ojo seco. Los pacientes con ojos secos parecen, por lo tanto, ser una vez y media más propensos a sufrir trastornos del sueño, que a su vez se asocian con una peor calidad de vida.
En particular, las personas que sufren de síndrome de ojo seco experimentan una duración más corta del sueño nocturno que aquellos que no sufren de esta condición y una peor calidad de descanso. Además, experimentan un aumento de la somnolencia diurna, lo que puede afectar la capacidad de atención en las actividades diarias. Los estudios también informan que si los síntomas de los ojos secos empeoran, los problemas asociados con el descanso nocturno también aumentan.
Un estudio reciente, que examinó el efecto de la privación del sueño en los síntomas del ojo seco en sujetos adultos sanos, mostró cambios y desequilibrios notables en la composición y secreción de la película lagrimal después de una noche de privación del sueño. Este resultado fue confirmado por otro estudio, que mostró que los trabajadores nocturnos, que tienen un ritmo alterado de sueño-vigilia, son más propensos a experimentar alteración de la película lagrimal y exacerbación de los síntomas del síndrome del ojo seco.
La falta de sueño, en general, se ha relacionado con una mayor sensibilidad al dolor y un sistema inmunológico menos eficiente. Como resultado, el descanso nocturno deficiente puede exacerbar los signos y síntomas del síndrome del ojo seco, ya que la privación del sueño está implicada en el empeoramiento de los signos clínicos y el aumento de la percepción de malestar y dolor atribuidos a los síntomas oculares.
Asociación entre ojo seco, falta de sueño y otras patologías
El síndrome del ojo seco y los trastornos del sueño relacionados con él pueden ser causados por la presencia de otras patologías o, por el contrario, exacerbar algunas afecciones a su vez. Por ejemplo, los pacientes con síndrome de Sjögren, que causa, entre otros síntomas, ojos secos severos, tienen una mayor incidencia de trastornos del sueño y experimentan un aumento en el número de despertares nocturnos.
Los ojos secos nocturnos, que también pueden tener repercusiones durante el día, también pueden deberse a una patología particular: los lagoftalmos nocturnos, caracterizados por la incapacidad de cerrar los párpados durante el sueño, influyen tanto en los síntomas de la enfermedad del ojo seco como en la calidad del sueño. Por otro lado, varios estudios han demostrado que puede haber un aumento en la prevalencia de apnea obstructiva del sueño en pacientes con DED.
Los trastornos del sueño relacionados con el síndrome del ojo seco también podrían estar asociados con una mayor prevalencia de depresión y ansiedad en los pacientes con DED, una correlación ampliamente documentada por muchos estudios. En particular, se encontró una mayor incidencia de trastornos del sueño asociados con depresión, ansiedad, psicosis y conflicto emocional.
Se necesitarán más estudios para identificar todas las interacciones entre el sueño y el síndrome del ojo seco, especialmente para intervenir en la mejora del sueño de los pacientes y ofrecer servicios de apoyo. Por parte del médico, por lo tanto, es importante considerar también el problema del sueño durante el manejo de los pacientes con enfermedad del ojo seco, ya que la mala calidad del sueño también puede estar relacionada con comorbilidades más graves, incluidos los eventos cardiovasculares.
Dr. Carmelo Chines
Director responsable
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