El Doctor Salvador García-Delpech es Oftalmólogo, especialista en superficie ocular, córnea y cirugía refractaria, Co-Director de la Fundación Aiken en Valencia y Presidente de la Sociedad Española de Contactología (SEC). En la entrevista de hoy, hablaremos con él sobre la Queratitis por Acanthamoeba, una patología muy relacionada con el uso de lentes de contacto y que puede provocar una perdida de la visión irreversible de no diagnosticarse a tiempo.
¿Por qué la Acanthamoeba es un enemigo tan peligroso para la visión?
El epitelio corneal es una defensa muy importante frente a infecciones.
Constantemente estamos en contacto con numerosos agentes patógenos y, si no hay una rotura de la barrera que supone dicho epitelio, es difícil que una infección pase de la superficie ocular hacia dentro del ojo.
Sin embargo, algún microorganismo es capaz de romper dicha barrera, por lo que si lo dejamos el tiempo suficiente en contacto con la córnea puede atravesar la defensa natural que supone y pasar a producir un absceso corneal e incluso una endoftalmitis.
¿Cómo podemos diagnosticar una queratitis por Acanthamoeba de forma rápida y eficaz?
Es importante el tiempo de diagnóstico y comienzo de tratamiento, pero a su vez es difícil de diagnosticar la queratitis por Acanthamoeba al principio. Puede que una queratitis amebiana simule una herpética, o que nos confunda con una infección por otro microorganismo mucho más frecuente y menos grave.
Si bien la existencia de lesiones satélites cercanas, la diferencia entre la afectación y el dolor, o por supuesto el comienzo de un anillo inmunológico intracorneal nos han de hacer sospechar de una ameba.
Yo diría que al principio lo importante es centrar el diagnóstico de presunción teniendo en cuenta los antecedentes. Casi siempre se tratará de un portador de lentes de contacto y habrá una historia de agua asociada. No siempre es fácil obtener este dato al principio, hay que preguntarlo de diversas formas, puede que bañarse en una piscina con las lentillas sea algo tan habitual para el paciente que no nos lo cuente cuando le preguntemos. Lo mismo ocurre con prácticas como dejar las lentillas en agua en un vaso, o limpiarlas con un producto que se ha hecho en casa o caducado; Todo ello hay que preguntarlo detenidamente, ya que el paciente está nervioso y no responde de manera clara al principio.
Puede que se presente también en un caso de inmunodeficiencia asociada, pero casi siempre vamos a sospecharlo ante un portador de lentes de contacto y un contacto de agua dulce asociado.
Todos estos temas son tratados con más detenimiento en las reuniones de la Sociedad Española de Contactología (SEC). De hecho, estamos actualmente haciendo un esfuerzo por que se puedan inscribir a la sociedad todos los residentes en formación y oftalmólogos jóvenes para poder disponer de información actualizada relacionada con las lentes de contacto y patologías relacionadas. A través de la página web https://secontactologia.com se puede realizar la inscripción para disponer de toda esa información y poder asistir a las reuniones de contactología, que es algo importante en la formación del oftalmólogo.
¿Qué tratamiento se suele pautar?
El tratamiento es complicado, pues el hecho de que la Acanthamoeba presente un estado quístico hace que estos protozoos sean resistentes a numerosos antimicrobianos y necesitemos tratamientos antisépticos que sean cisticidas. Se trata de tratamientos tópicos y, dentro de ellos, se suelen utilizar dos grupos: las biguanidas y las diaminas.
Entre las primeras tenemos la clorhexidina al 0,02% o incluso al 0,2% en casos resistentes y el PHMB (polihexametilbiguanida) del 0,02% al 0,06%. En cuanto a las diaminas serían en concentraciones de 0,1% la propamidina y la hexamidina. Se trata de fármacos que hasta ahora no existían en nuestro país, por lo que clásicamente hemos tenido que buscarlos en el extranjero.
¿Qué podemos hacer como pacientes para evitar este tipo de patologías?
La prevención es lo más importante siempre y todo paciente portador de lentes de contacto ha de tener un oftalmólogo de referencia. Lo ideal es que dicho oftalmólogo lo haya visto antes de ponerse las lentillas, haya estudiado la superficie ocular y haya indicado como bueno el tratamiento de su defecto visual mediante lentes de contacto.
Esto es importante porque de esa manera el paciente podrá acudir al oftalmólogo cuando tenga un problema con sus lentes de contacto, que al final es un problema con sus ojos. Además, cuando una persona es portadora de lentes de contacto ha de saber que no las puede sumergir en agua dulce (grifo, piscina, río, balsa…) y que ante cualquier problema (dolor, enrojecimiento, pérdida de visión…).
Lo primero que ha de hacer es quitarse las lentes de contacto y, lo segundo, acudir al oftalmólogo porque este es el que ha de determinar la gravedad de la situación, y esto es lo que hemos de trasladar sin miedo al paciente: Sólo el oftalmólogo puede diagnosticar y tratar (para eso es médico). No es conveniente que lo haga ninguna otra persona, ni siquiera internet.
Y tú, piénsalo, ¿tienes un oftalmólogo de referencia? La vista es algo muy importante, cuidémosla.